Intolerancia a la lactosa: ¿Debemos evitar el consumo de productos lácteos?
Hoy hablaremos de un tema muy común en las personas, la intolerancia a la lactosa, es un padecimiento que lo presenta un 70% de la población mundial, te invitó a que leas este post y tu decidas si realmente debes eliminar los lácteos de tu alimentación diaria.

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir, sin molestias, cantidades normales de lactosa, el azúcar de la leche. “La leche me sienta mal”. Son los síntomas que aparecen después de una ingesta de leche mayor de la que toleras, normalmente un vaso de leche. Tu organismo tiene una baja cantidad de lactasa, la enzima que hace digestible el azúcar de la leche, la lactosa.
Los síntomas se producen cuando la lactosa no absorbida en el intestino delgado (donde se absorben la mayoría de los nutrientes), llega al colon donde es fermentada por las bacterias intestinales, produciendo flatulencia, hinchazón, cólicos y en individuos con muy baja tolerancia o después de ingerir grandes cantidades de lactosa, diarrea.
Por qué existe la intolerancia a la lactosa
Un 70% de la población mundial es intolerante a la lactosa. Esto es así porque el ser humano, a lo largo de su evolución de millones de años, nunca necesitó digerir la leche. Era cazador y hasta que no se hizo pastor y ganadero, no empezó a ordeñar vacas. Esto ocurrió hace relativamente poco en términos de evolución, hace 11.000 años.
Fue en Europa del Norte y hacia los Balcanes, donde el hombre comenzó a consumir leche, pudo fermentarla (la fermentación reduce el contenido en lactosa, por convertirla en ácido láctico), pero también la consumió cruda. Este hecho produjo una adaptación del organismo (una alteración genética) y una selección natural de individuos capaces de digerir la lactosa por estar mejor nutridos y mejorar su supervivencia. Y así el ser humano fue evolucionando hacia la tolerancia del adulto a la leche. Los europeos son los que mejor toleran la leche, porque son los que más tiempo llevan consumiéndola.