¿Has escuchado hablar de las calorías vacías?
Nadie duda de la relación que existe entre lo que comemos y nuestro estado de salud. Ya lo decía Hipócrates en la Grecia clásica: “Que el alimento sea tu mejor medicina y tu mejor medicina sea tu alimento”, precisamente poniendo énfasis en esa relación alimentación-salud.

Por lo tanto, denominamos calorías vacías a las presentes en aquellos alimentos que aportan mucha energía, pero pocos o ningún nutriente. Es decir, con ellos ingerimos muchas calorías, pero una mínima cantidad de fibra, minerales, vitaminas. Su abuso favorece, por tanto, el aumento de peso.
El aumento del consumo de alimentos hipercalóricos, así como el descenso de la actividad física, han ocasionado un desequilibrio energético que se traduce en un aumento de peso (sobrepeso y obesidad) y de enfermedades como la hipertensión, la diabetes o la hipercolesterolemia.
Es por ello que los alimentos que aportan calorías vacías están en el punto de mira de todos los organismos responsables de las políticas de salud. Sus particularidades nutricionales los convierten en alimentos superfluos, de forma que su consumo debe ser ocasional.
‘Calorías vacías’ es una expresión que se utiliza en Nutrición para definir aquellos alimentos que contienen una gran cantidad de energía, pero aportan pocos o ningún nutriente. Para mantenernos vivos y realizar nuestras funciones corporales, utilizamos la energía que nos aportan los alimentos en forma de calorías. Concretamente, estas calorías vienen dadas por los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Además, los alimentos también aportan otros nutrientes esenciales para nuestro organismo, como son las vitaminas y minerales, la fibra, y otros compuestos muy interesantes entre los que se encuentran los fitonutrientes (antioxidantes, etcétera).
De esta forma, cuanta más variedad de nutrientes nos aporte un alimento, mucho mejor. Si esta variedad de nutrientes la dimensionamos respecto al contenido calórico, podríamos clasificar a los alimentos de la siguiente manera: